Pranayama
En sánscrito, prana significa energía y iama significa control. Por lo cual Pranayama significa control de la energía. Para los antiguos Yoguis, cuando respiramos, absorbemos por el aire el Prana o la energía del universo. Por esto se entiende que controlar la energía es controlar tu respiración. Tener una vida sana requiere una relación integrada […]
En sánscrito, prana significa energía y iama significa control. Por lo cual Pranayama significa control de la energía. Para los antiguos Yoguis, cuando respiramos, absorbemos por el aire el Prana o la energía del universo. Por esto se entiende que controlar la energía es controlar tu respiración.
Tener una vida sana requiere una relación integrada entre respiración y postura, prana y apana, sthika y sukha. La actividad físico-mental está íntimamente ligada a la dinámica del proceso respiratorio, y las fluctuaciones de éste modifican las constantes vitales y la actividad cerebral. Por ejemplo, cuando la respiración se suspende, la mente queda inmovilizada, debido a que los pensamientos se nutren de la energía que les suministra la respiración. Conscientes de la interdependencia entre cuerpo, mente y respiración, los yoguis desarrollaron los pranayamas.
Los Pranayamas son diferentes ejercicios de respiración que se realizan para disciplinar los órganos que regulan la admisión y expulsión del aire. Estas técnicas nos dan control de la fuerza muscular que moviliza la respiración. La eficacia del control respiratorio dependerá del equilibrio del sistema nervioso. La voluntad deberá intervenir para regular la respiración, influyéndola en lentitud, amplitud, suavidad y sobre todo manteniéndola en apnea inspiratoria (retención del aire inspirado), un tiempo suficientemente prolongado que permita controlar el flujo de prana e inhibir todo proceso de pensamiento, creando un estado de calma mental, preludio de prácticas posteriores.
Desde el punto de vista dinámico, la respiración es el cambio de forma de las cavidades del cuerpo, en tórax y abdomen, entre inspiración y espiración.
Cavidad Torácica: Corazón y pulmones. Al respirar cambia de forma y de volumen (como un acordeón).
Diafragma: es el principal músculo que provoca cambios tridimensionales de forma en las cavidades torácica y abdominal.
Cavidad Abdominal: Estómago, hígado, vesícula biliar, bazo, páncreas, intestinos delgado y grueso, riñones y vejiga. Al respirar cambia de forma pero no de volumen (como un globo de agua).
Durante la respiración, el movimiento con cambio de volumen en la cavidad torácica produce movimiento en la cavidad abdominal. Por este motivo el estado de nuestro abdomen influye en la calidad de nuestra respiración, y la calidad de nuestra respiración influye en la calidad de nuestros órganos abdominales.
Ahora bien, los movimientos de la columna son un componente intrínseco de la actividad del cambio de forma de las cavidades al respirar, por ello es tan importante durante la práctica coordinar los movimientos de la misma con la respiración:
- Inspiro durante la extensión
- Espiro durante la flexión
Durante las Asanas y Pranayamas, los músculos accesorios del diafragma también actúan en el cambio de forma de las cavidades, de modo que la respiración no se dirige solo con el diafragma, sino que también necesita de la ayuda de los músculos accesorios.
Respirar puede ser eficiente y efectivo sólo cuando toda la musculatura del cuerpo está coordinada e integrada con la acción del diafragma.
Hay diferentes tipos de Pranayama y cada uno tiene diferentes objetivos: purificar el cuerpo, aumentar el ritmo cardíaco, limpiar las vías aéreas, ganar concentración, entre otras muchas cosas.
Los factores que van a determinar en principio la práctica son: la conciencia del flujo respiratorio, la presencia en la cuenta de cada fase y en la relación, lo que va a establecer el ritmo, y el número de Pranayamas a realizar.
Influencia del Prana
Es interesante saber que cuando el cerebro no dispone de la suficiente cantidad de prana, éste se encuentra agitado. Por ello, cuando uno padece una gran depresión, es porque existe un problema mental que hace descender el nivel de prana en el cerebro. Y cuando esto ocurre, el cuerpo se desequilibra, la mente se encuentra inestable y surgen numerosos pensamientos negativos. Todo ello indica que hay poca cantidad de prana en el cerebro. Es necesario estimular y aumentar prana lo que se va a conseguir por medio del control de la respiración y la concentración.
“Cuando el prana se mueve, Chitta (mente) se mueve. Cuando el prana está tranquilo, chitta también está tranquila. Por esta quietud (del prana) el yogui alcanza la calma. Por lo tanto debe controlarse vayu (aire)”.
Hatha Yoga Pradipika – Verso 2, Cap. II
“Parando el prana mediante la retención (de la respiración), la mente se libera de todas sus modificaciones. Practicando ésto se alcanza el estado de Raja Yoga (unión suprema)”
Hatha Yoga Pradipika – Verso 77, Cap. II
Beneficios generales del pranayama:
- Su práctica influye positivamente en todas las estructuras del ser humano: el cuerpo físico, el cuerpo pránico y los niveles emocional y mental.
- Mejora la captación de O2 y la eliminación del CO2.
- Purifica las vías respiratorias y los pulmones incrementando su circulación sanguínea.
- Asegura una buena circulación de los fluidos corporales en los riñones, estómago, intestinos, hígado, etc.
- Estimula el proceso digestivo.
- Purifica la sangre.
- Tonifica el corazón, el sistema nervioso, la médula espinal y el cerebro.
- Durante la retención se estimula la respiración celular.
- Purifica los nadi y disuelve los bloqueos energéticos.
- Aumenta el nivel de energía y regula el fluido pránico dentro del cuerpo.
- Equilibra la actividad de ida y pingala.
- Ayuda a armonizar y unir prana y apana.
- Activa e incrementa el potencial de los chakras.
- Estimula el rendimiento intelectual mejorando la memoria y proporcionando claridad mental.
- Otorga calma y serenidad.
- Induce a un estado mental más profundo facilitando la interiorización, concentración y meditación.