La Escuela de Teatro de Lombó cumple 10 años.

30 enero, 2019
El martes 24 de febrero de 2009 la Escuela de Teatro LOMBÓ dio su primera clase, en su anterior sede que fue el Espacio de Arte Contemporáneo “El Gallo”, en la Gran Vía de Salamanca. Aquel año, una matrícula que duplicó las expectativas hizo abrir dos cursos en un impulso que sigue firme 10 años después.
La Escuela de Teatro de Lombó cumple 10 años.
El espíritu de los cursos de iniciación a la interpretación sigue siendo el mismo. Por un lado combinar el esfuerzo con el juego y por el otro y sin que sea una redundancia, impulsar un verdadero aprendizaje que no se reduzca a dar un canal para las formas expresivas personales sino una herramienta para quitarle los límites a dicha expresión.Los cursos regulares agregan un elemento sin el cual cualquier proyecto educativo se estanca y eso es la investigación. Esto permite por un lado a las alumnas y alumnos iniciar un viaje metódico de autoconocimiento que con la guía de docentes les permite profundizar en sus propios intereses y posibilidades expresivas. Una clave del éxito del método de Lombó justamente es que se adapta para que sin importar su personalidad, cada actriz y actor pueda subirse a la escena con resultados sólidos. Pero la investigación también ha permitido a la Escuela renovarse constantemente a través de nuevos estilos escénicos y formas pedagógicas. Todo esto se complementa con una formación continua del profesorado tanto en el ámbito de la interpretación, de la formación docente o de la investigación universitaria.
La parte más alegre de la Escuela es, sin embargo, la de los niños, niñas y adolescentes. Actualmente 2 grupos de 8 a 12 y  13 a 16 años ya están preparando sus muestras de fin de curso en un ambiente de trabajo solidario y mucha diversión. En estos 10 años LOMBÓ ha generado siempre espacios de relación entre la gente más dinámica de la ciudad y esa efervescencia nómada que son las personas que se quedan algunos años para finalmente partir en busca de oportunidades. Así ha logrado seguir creciendo con el apoyo de esas hermosas personas -sin olvidar a ninguna- que se suma a la fundamental sinergia generada con colectivos sociales y culturales de esa pequeña ciudad multicolor y alternativa que disfruta resistiendo dentro de una ciudad más grande, del color del oro y del gris, que se llama Salamanca. MP.