El cuarto teatro de Alain Badiou
De las artes en general habla mucha gente, pero el teatro parece restringido a ser referido sólo por aquellos que pertenecen a ese mundo en particular, sea realizadores o críticos. Por eso es interesante escuchar a los pocos «foráneos» que se dignan a hablar del teatro. Uno de ellos es el filósofo francés Alain Badiou que además de algunos textos dramáticos y un «Breve tratado filosófico» sobre el teatro, tiene algunas notas recopiladas en «Imágenes y palabras – Escritos sobre cine y teatro»* El «cuarto teatro» que plantea en realidad no sigue al «tercer teatro» de Eugenio Barba (teatro oficial, teatro de vanguardia, teatro de grupo), sino que sigue las tres visiones filosóficas del arte.
- Teatro didáctico: un arte que debe ser controlado por los intelectuales para que se ciña al guión de la gran Idea que debe ser «enseñada», una verdad que en definitiva es ajena al teatro.
- Teatro clásico: desde los tiempos de la Poética de Aristóteles, el teatro no es presentación de una verdad sino simplemente una imitación de las pasiones, con fines terapéuticos y apaciguadores.
- Teatro romántico: sólo el arte es capaz de presentar la verdad concreta, la pasión visible, la «carne expuesta de los verdadero»
Badiou propone una cuarta visión del teatro, que llama inmanentista. El teatro no tiene la verdad fuera de sí mismo, ni debe contentarse con una catarsis de las pasiones, ni es la verdad absoluta que desciende al escenario. Habría sin embargo en el teatro una verdad-teatro que no se da en ningún lugar que no sea el escenario. El teatro sería «un acontecimiento cuasipolítico que amplifica nuestra situación en la historia».
Esta verdad particular del teatro se relaciona con la imposibilidad de transmitirlo televisivamente ni de reducirlo a su texto y con el hecho de introducirnos en un tiempo artificial, que hace que se encuentren «la eternidad y el instante». (MP)
*Alain Badiou, Imágenes y palabras : escritos sobre cine y teatro (Buenos Aires: Manantial, 2005). Disponible para los alumnos en la Biblioteca de LOMBÓ.