Reseña de libro: “Y todo el resto es silencio” de Diego Ortega
Reseña de libro: “Y todo el resto es silencio” de Diego Ortega, Diego Ortega nos invita a entender el teatro de Shakespeare desde cuatro dramas y una comedia. En la búsqueda de encontrar líneas de fuga comunes, establece que en todas se sigue un orden. O cosmovisión del mundo isabelino que se rompe en la obra, cuyo desenlace es la restauración de dicho orden.
Hamlet, Macbeth, Rey Lear, Otelo y La Tempestad, son analizadas con un método bastante conciso que incluye un repaso de su argumento. El análisis posterior de cada una, sin rehuir a las lecturas e interpretaciones más arriesgadas, gusta sin embargo refugiarse en aquellas conclusiones que puedan parecer más cercanas al lector / espectador no especializado.
Y aquí radica la importancia de este libro, y es que nos da la posibilidad de introducirnos de forma sencilla a un universo shakesperiano. Cuya complejidad analítica hace que en muchos casos el lector / espectador “abandone toda esperanza”. De comprensión y deba conformarse con los aspectos siempre parciales de la psicología de sus maravillosos personajes. Cuyo apasionamiento tanto admiraron los románticos un siglo después de la muerte del Bardo. Ortega en sólo 140 páginas nos sirve a Shakespeare en bandeja para que admiremos y sintamos que el universo de su teatro es complejo y a la vez accesible a los no especializados. Es complejo y a la vez bello.
En un mundo en que la complejidad tiende a circunvalarse mediante síntesis tan escuetas que son indistinguibles de la llana y pura mentira. Ser capaces de navegar exitosamente la tempestad de la complejidad shakespeariana es una invitación para hacerlo también con otras complejidades artísticas, pero también sociales y políticas.
Información
Ortega, Diego, “Y todo el resto es silencio. William Shakespeare en cinco actos”, 140 p., Ediciones Matrioska, 2023.
Ediciones Matrioska es un joven proyecto editorial nacido durante la pandemia. Que busca dar “la oportunidad a esos escritores cuyos manuscritos casi siempre quedan en un cajón sin ser descubiertos nunca”.